Quizá uno de los problemas más grandes de la educación en México es que es obligatoria y quizá por ello se percibe como una carga, como si fuera obligatorio aprender nuevas cosas, perdiendo el ímpetu que tienen los niños cuando emocionados van a descubrir el mundo.
Estamos hablando de la sutileza entre la obligación y la obligatoriedad. Es excelente que hoy en día contemos con el acceso a la educación pública para todos, lo que proponemos es una cultura en la que la educación sea vista no ya como una carga, sino como una necesidad y que quien se embarca en el proceso de aprendizaje, lo vea con ojos de gratitud más que de gratuidad.
En términos del proceso de enseñanza-aprendizaje, es igual de importante que quien está enseñando se sienta comprometido con su trabajo, que emprenda el camino de la enseñanza por amor a su labor, más que por la obligación de enseñar.
Sólo así, cambiando la forma en que nos aproximamos a la educación, podemos empezar a pensar en un cambio sustancial, que vaya mucho más allá del cambio de programas, planes de estudios y de contenidos, para optar por un cambio radical que impacte primero en las personas y por rebote en los programas escolares.
¿Cuál es tu opinión sobre la educación en México?